domingo, 31 de julio de 2011

Cartas a 1600km sin destinatario.

Todas las personas hablan de amores de verano desde el mismo punto de vista, todas al fin y al cabo cuentan lo mismo pero reflejando las diferentes sorpresas que les deparo el destino, todas intentan narrar con un brillo especial en los ojos su bonita historia de cuento, una historia que darían lo que fuera por revivir cada vez que se cierran las puertas de cada habitación y la música, especial para cada cual, inunda todos los rincones. Aunque no todo es perfecto, todas estas bonitas historias comparten el mismo final, se acaban por todo tipo de razones, distancia, tiempo…son estrellas fugaces que nunca te dan tiempo suficiente ni a pensarse dos veces el deseo, son un segundo de luz y al volver a abrir los ojos desaparecen. Pasa el tiempo y poco a poco la distancia y el olvido hacen su trabajo, por eso ya tengo claro mi deseo que pediré a aquella estrella que se cruzo por mi camino, simple y concreto, claro y directo. Me 
niego a que seas simplemente mi amor de verano.


PD: Tanto si estas sacudiéndote los últimos granos de arena de la playa, o zambuyéndote en tu primer baño del verano, espero que estés pensando en mi.

1 comentario:

Fighter Uster dijo...

Lo bueno es arriesgarse porque a veces, después de muchos tropiezos una merece la pena:)